La alimentación sana es uno de los retos que nos presenta la modernidad. Comenzando por un ritmo acelerado, que nos impulsa a tomarnos muy poco tiempo para comer, y terminando con una montaña de alimentos “superprocesados” que vienen “listos para comer”. Si queremos una vida sana necesitamos una alimentación para nutrir nuestro cuerpo.
Lograr ese objetivo implica tomar conciencia de nuestra alimentación y esperamos que esté artículo te ayude con ello.
Veamos un pequeño video para saber que son los alimentos “superprocesados” o “ultraprocesados”.
¿Cómo nos alimentamos?
A veces comemos sólo porque nos sentimos hambrientos y a veces por un capricho o “gula”. A veces ni siquiera sabemos estas cosas. Ello se debe a que no estamos conscientes de nuestros propios patrones.
El primer paso que debemos superar es hacernos conscientes de nuestra forma de comer. No podemos cambiar algo que no conocemos y por tanto primero debemos conocer nuestra alimentación.
Debemos saber si nuestra alimentación nos ayuda a nutrir nuestro cuerpo o sólo a satisfacer nuestros impulsos.
Nuestro ritmo de vida juega un papel muy importante. A veces no tenemos tiempo para reflexionar sobre estos aspectos. Hoy te ayudaremos a tomarte el tiempo para reflexionarlo.
Todos estos factores nos plantean un reto que debemos superar. Aunque lo ideal sería comenzar por hacernos las siguientes preguntas:
- ¿Comemos para nutrirnos o para satisfacer nuestros impulsos?
- ¿Sabemos que contienen los productos procesados que consumimos?
- ¿Cuáles fueron nuestros hábitos alimentarios cuando niños?
- ¿Tenemos un horario para comer o comemos sólo cuando nos sentimos hambrientos?
- ¿Compramos nuestros alimentos en base a un menú propuesto o seguimos nuestro impulso?
Esta es una lista de 5 preguntas sencillas que nos permitirán tomar conciencia de nuestra alimentación. Sin importar las respuestas, reflexionar sobre nuestra alimentación es un paso en la dirección correcta.
Con la respuesta a estas preguntas pasemos a ver cuáles son nuestras oportunidades.
Veamos un breve video sobre los superalimentos que nos pueden ayudar a mejorar nuestra alimentación. Que además nos pueden ayudar a mejorar nuestro sistema inmune frente al coronavirus.
Deseamos satisfacer constantemente nuestros impulsos
Alimentarnos correctamente implica muchas veces ignorar la publicidad colorida de la tv y remitirnos a la lista de ingredientes y tablas nutricionales. Pareciera que no hay formas divertidas de vender cosas sanas.
Desarrollar una conciencia sobre nuestra alimentación un primer paso. Esto nos permitirá saber a dónde estamos, mejorar nuestra alimentación y que esta permita nutrir nuestro cuerpo.
Con ello en mente, una nutrición adecuada debería:
- Limitar las grasas saturadas (mantequillas, aceites, entre otros).
- Aumentar la cantidad de grasas buenas que se clasifican en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas y se encuentran en: frutos secos, semillas y aguacate.
- Disminuir los carbohidratos procesados (harinas procesadas, azúcar refinada)
- Aumentar la cantidad de fibra (verduras, granos y harinas integrales)
- Eliminar o minimizar los dulces y bebidas azucaradas (cualquier bebida procesada tiene demasiada azúcar)
- Aumentar las frutas en nuestra dieta. Usarlo como sustituto a los dulces es una gran alternativa
Otros aspectos a considerar es que debemos planificar nuestra alimentación tanto en la adquisición de los alimentos como en el horario. Por ello se debe tener una hora fija para consumir el desayuno, almuerzo y cena.
Planificar nuestra alimentación nos ayudará a reducir los momentos de impulso y la compra de alimentos no saludables para nuestra nutrición.
Saber los ingredientes de los alimentos que adquirimos nos permite evitar los alimentos procesado o altos en carbohidratos y grasas.
Planificar nuestro horario de comida evitará que esperemos a tener hambre y nos evita “comer por impulso”. Generalmente cuando comemos por impulso terminamos por comernos un dulce.
Finalmente, nuestros hábitos alimenticios en la niñez tienen gran importancia. Podemos evitar repetirlos en nuestra edad adulta, pero más importante aún es no trasmitirlos a nuestros hijos. Veamos un poco más de ello a continuación.
Buenos hábitos de alimentación en la niñez para nutrir el cuerpo
Lo cierto es que nuestros hábitos se han formado durante años. Es por ello que algunos estudios científicos apelan a formar buenos hábitos alimenticios en los niños.
Una canción dice que “la costumbre es mas fuerte que el amor” y parece que también es más fuerte que la razón.
Los niños que se acostumbran a comer ingentes cantidades de azúcar difícilmente de adultos puedan cambiar sus patrones alimenticios. Esto se debe a que el metabolismo se adapta a nuestros comportamientos, ya sean bueno o malos.
Aún cuando se pueda hacer un cambio en los hábitos alimenticios en la adultez, quizás el daño ya está hecho. Nuestro metabolismo trabaja según nuestras costumbres y nuestra resistencia al cambio trabajan en contra de “nuevas costumbres”.
Los niños se convertirán adultos que tendrán tanto psicológicamente como físicamente una dependencia a los hábitos adquiridos. Esto hábitos pueden ser buenos o malos y allí reside una gran oportunidad.
Es posible que estemos pasando por dificultades para cambiar nuestros hábitos, y esta es la motivación que debemos usar para no repetir el ciclo con nuestros hijos.
Promover una alimentación dirigida a nutrir a nuestros niños y a forjar sus hábitos. Forjando sus hábitos les garantizamos un futuro mejor.